
Oskar Schell es un niño de nueve años afectado del síndrome de Asperger que pierde a su padre, Thomas Shell, en los ataques terroristas contra las torres gemelas el 11 de septiembre de 2001. Oskar es un chico muy inteligente, y su padre lo sabía. A menudo lo animaba a descubrir cosas nuevas, metas, lugares, situaciones y a tratar de resolver enigmas. El último enigma que su padre le proporciona es la prueba de que antes la ciudad de Nueva York tenía un sexto distrito, justo al lado de Manhattan. En un flashback Thomas y Oskar juegan a lo que ellos llamaban expediciones de reconocimiento tratando de buscar información por toda la ciudad. El juego requiere la comunicación con otras personas, algo que no es fácil para Oskar. Su padre le dice: «si las cosas fueran fáciles de encontrar, no merecería la pena buscarlas». Todo ello no es sino la excusa que utiliza para así mostrarnos el modo en el que le afecta a un niño singular la pérdida de un ser próximo como es un padre con el que mantenía un vínculo verdaderamente especial.