Peter Carter, después de un bombardeo nocturno a una ciudad alemana, regresa a Inglaterra con el avión ardiendo y ordena a la tripulación que salte en paracaídas, pero sabe que para él no hay ninguno y al mantener el último contacto con la torre de control le dice a la radiofonista June que prefiere saltar a morir abrasado. Es precisamente la voz de esta mujer la que iniciará una curiosa experiencia. Peter, tiene la suerte de caer en el mar y ser arrastrado hasta la playa.
Al recobrar el conocimiento después de tan violento golpe, él se cree que ha muerto sin embargo, se encuentra con la radiofonista en bicicleta por el camino de la playa. Sin embargo, la mente de Peter no discierne entre la vida o la muerte y en su mente se tiene que enfrentar a un tribunal celestial que será el que decida si está vivo o muerto. Contra todo pronóstico al guión vital predestinado del aviador este ni debía sobrevivir ni mucho menos encontrarse con la radiofonista. En el cielo no entienden lo que ha pasado y envían en su busca a un caballero francés del siglo XVIII.
La película pretende ser un ejercicio fantasioso sobre como analizar los actos de nuestra vida. La obra casi se plantea como una cuestión de vida y muerte a modo de una especie de comedia shakespeariana, y un experimento escenografíco sensacional para la época. Pero también es una reflexión de fin de guerra sobre los vivos y los muertos, incluidos los que han desaparecido sin dejarnos pie a despedirnos de ellos.
La trama asume el riesgo de combinar el viaje en el tiempo, el melodrama psiquiátrico y la intervención divina o sobrenatural en la Tierra: todos estos temas se mezclan de forma embriagadora. Su director hizo algo innovador que fue asumir que las escenas protagonizadas en la Tierra estaría en blanco y negro y em el otro mundo en color. Precisamente, las portentosas escaleras que conectavanel Cielo con la Tierra hizo que en Estados Unidos se exhibiera con el título «Escaleras hacia el cielo». La escalera es una alusión directa al motivo de la escalera de Jacob en la Biblia y una de las muchas referencias literarias de la película que en ciertos aspectos tiene mucho de shakesperiana.
Aunque A vida o muerte fue concebida incialmente como película de encargo para minizar la rivalidad entre el Reino Unido y Estados Unidos tras la guerra; sin embargo, lo cierto es que sus directores convirtieron el film en una fantástica pero a la vez realista reflexión sobre el libre albedrio humano. Powell y Pressburger, compusieron en cierto modo una versión del mito de Orfeo. Cuatro años más tarde, en Orphée, el cineasta francés Jean Cocteau filmaría ese cuento con transmisiones de radio, un protagonista no-muerto y un tribunal del otro mundo. Para la versión actual en video, este film fue colorizado y remasterizado completamente.