Basado en un caso real, la película “Mar adentro” trata el caso de Ramón Sampedro, un marino y escritor español, nacido en Galicia, que queda tetrapléjico tras lanzarse al mar en una zona de poca profundidad, permaneciendo postrado en una cama cerca de 30 años.
Tetrapléjico desde los 25 años, Sampedro desarrolló una intensa actividad ante la Justicia, solicitando autorización para poder morir voluntariamente y que la persona o personas que le auxiliasen no incurriesen en delito, dado que su estado lo incapacitaba para hacerlo sin ayuda externa.
Sampedro murió en Boiro el 12 de enero de 1998 por envenenamiento de cianuro potásico, ayudado por su amiga Ramona Maneiro, que fue detenida días después pero no fue juzgada por falta de pruebas. Siete años después, una vez que el delito ya hubo prescrito, Ramona admitió en televisión haber facilitado a Sampedro el acceso al veneno que le causó la muerte y haber grabado el vídeo donde éste pronunció sus últimas palabras.
En 2004, Alejandro Amenábar llevó al cine la historia de Ramón Sampedro con esta película, protagonizada por Javier Bardem. A lo largo del film, Sampedro intenta transmitir que su conciencia de tener derecho a una muerte digna debe prevalecer ante otras cuestiones de carácter legal o moral.
A través del debate que se genera en su entorno (presentando a una abogada que apoya su causa y a una vecina que intenta convencerlo de que vivir merece la pena), la película aborda cuestiones tan relevantes como: ¿la eutanasia es legal o ilegal?, ¿Puede la vida de un tetrapléjico ser digna?, ¿Puede la eutanasia considerarse un crimen? o ¿Es la muerte un derecho o una obligación?
En definitiva, la película “Mar adentro” refleja las consecuencias físicas y psicológicas que conlleva sufrir una tetraplejia y a la vez, enfrentarse a los pilares jurídicos, éticos y religiosos de la eutanasia. Además, plantea otros aspectos como son el sentido de la vida, la capacidad de ayudar, la amistad y el amor más allá de las relaciones físicas…
Consiguió el Óscar a mejor película extranjera en 2004, y ese mismo año se alzó con catorce Premios Goya.