Rudi trabaja como jefe de gestión de residuos en Weilheim, una pequeña urbe en el sur de Baviera. Le queda un año para jubilarse. Rudi vive con su mujer (Trudi) en un pueblo de la montaña. Trudi se entera de que su marido tiene un cáncer terminal cuyos síntomas no son detectados por él. Así que decide no decírselo y aprovecha para proponerle hacer un viaje. Primero sugiere a su marido viajar a Japón pero, ante la negativa de éste, prepara cuidadosamente el equipaje para dirigirse a Berlín, donde viven dos de sus hijos, Klaus y Karolin.
Mientras dura la visita, ambos hijos se muestran muy ocupados y los padres se dan cuenta de que la unión con ellos es prácticamente inexistente. Su hijo Klaus está absorbido por sus obligaciones políticas, su esposa Emma y sus dos pequeños. Su otra hija, Karolin está inmersa en un romántico idilio con su novia Franzi.
Para no seguir incordiando a sus hijos, el matrimonio decide continuar su viaje rumbo al norte, hacia las playas alemanas de Ostsee, bañadas por el Mar Báltico. Allí, durante la noche e inesperadamente, la que muere es Trudi, la esposa. El pobre Rudi queda destrozado, absolutamente desorientado.
A través de una amiga de su hija, Rudi descubre que el amor que sentía Trudi por él la había alejado por completo de la vida que ella hubiese querido llevar. Empieza a verla con una mirada renovada y promete compensarla por haber desperdiciado su vida. De este modo, Rudi decide viajar hacia el lejano oriente, motivado por la fascinación que su esposa sentía por Japón y su danza oriental y donde precisamente vive su hijo mayor, Karl.
En Tokyo ha de adaptarse a una nueva cultura, a la vida en un minúsculo apartamento de una megalópolis y a un hijo esclavo de su trabajo como contable. De este modo, la existencia de Rudi transcurre pacífica y aburridamente, completamente ajeno a la grave enfermedad que, silenciosamente, va minando su salud y centrado en recuperar para sí a su amor desaparecido.
Pero un día, mientras pasea por un parque poblado de cerezos en flor, Rudi descubre a Yu, una adolescente huérfana que vive en la calle, en una improvisada tienda de campaña fabricada con diferentes capas de plástico. La vitalidad y el cariño de la muchacha se convierten en una especie de reencarnación del perdido amor de Trudi. Ambos deciden viajar en tren hacia el Monte Fuji, para admirar toda su majestuosidad y belleza. Y entre aquellos paisajes, la muerte vendrá a buscar a Rudi, provocando en Yu el sufrimiento de una “segunda orfandad”
Sin lugar a dudas, este film hace un particular abordaje de varias cuestiones referentes a la enfermedad terminal, así como sobre la eterna búsqueda de sentido y el enigma de la muerte.
Entre otros reconocimientos, la película fue galardonada en el año 2008 con los Premios de Cine Alemán al mejor actor para Elmar Wepper (interprete de Rudi), premio de plata a la mejor película y premio al mejor vestuario.