Esta película retoma los pasos de una clásica sobre el tema y muy conocida por el elenco de actores y que se estrenó en España con el título Dos en el cielo (A Guy Named Joe) dirigida por Victor Fleming en 1943, pero Always – Para siempre, de Steven Spielberg no sitúa la acción en la la Segunda Guerra Mundial, sino en una cuadrilla de pilotos contraincendios. Esta película invita a valorar como superar los apegos que tenemos en nuestra existencia terrenal puesto que la vida es algo impredecible. Spielberg dirigió Always en una base de pilotos contra incendios ya que en la época estos profesionales de la aviación se les consideraba como personas entregadas en su tarea para combatir estos desastres que destruyen la naturaleza.
En este sentido la primera parte de la película es un alegato a la proeza de estos intrépidos pilotos que arriesgaban su vida durante todo el año para salvar la naturaleza. Hombres y mujeres temerarios pero solidarios y con una sólida amistad entre ellos. Esto es lo que permite ofrecernos a un colectivo de personas comprometidos y responsables. Sin embargo, como en todas las relaciones humanas no siempre uno es capaz de expresar con la fuerza necesaria sus sentimientos de amor y eso es lo que le sucede al protagonista, Pete Sandich. Por eso cuando muere en acto de servicio y tras salvarle la vida a un amigo en el cielo le conceden el privilegio de volver en forma de «ángel» para ayudar a sus antiguos camaradas de la base.
El lado fantástico pues sirve en esta ocasión de reflexión sobre el duelo, la aceptación de la muerte y la importancia de dar continuidad a la vida cuando uno pierde a un ser querido. Pero también es cierto que Spielberg no puede resistirse a incluir en la película algunos clichés fantasía innecesaria. En este film destaca la aparición de Audrey Hepburn, una actriz de la época dorada del cine, en el que el último de sus papeles antes de retirarse de la vida artística intepretando la ángel etérea Hap quien es una buena pieza clave de la historia. Es precisamente la figura de este «ángel» quien conduce la parte más espiritual del film para contribuir a superar el duelo a Dorinda, la novia de Pete.
El punto fuerte de este film, aunque los amantes del cine argumentan que no llegó a la altura como remake de Dos en el cielo, es precisamente que se adentra en como afrontar la pérdida de un ser querido y como a través de la magia de la aceptación podemos recuperar el timón de nuestra vida a pesar del dolor y la huella que pueda dejar la muerte repentina de un ser querido. El valor del film es que aunque utiliza a veces el tono humorístico tiene una profundo contenido. Una buena película para reflexionar sobre el duelo.