En el trayecto de mudanza a un nuevo barrio, Chihiro y sus padres se equivocan de camino y llegan a lo que parece ser un pueblo fantasma. Los padres de Chihiro se sientan en un restaurante y empiezan a devorar plato tras plato hasta que, de repente, se convierten en cerdos.
Sin darse cuenta, han entrado en un mundo habitado por dioses antiguos y seres mágicos, un mundo dominado por la diabólica Yubaba. Ésta le cuenta a Chihiro que transforman a los intrusos en animales y que después los matan para comérselos. Los que consiguen escapar son condenados a morir una vez que se demuestra su inutilidad.
Con el fin de postergar su terrible destino en este extraño y peligroso mundo, Chihiro se ve obligada a dejar la pereza a un lado y empezar a trabajar. A la vez, debe renunciar a su humanidad, a sus recuerdos e incluso a su nombre. Contará, sin embargo, con el enigmático Haku, quien la instruirá para que pueda sobrevivir en el mundo espiritual.
“El viaje de Chihiro” constituye una lección para los niños que deben afrontar la complicada etapa de la adolescencia, con todos los cambios que ésta conlleva en los valores, sentimientos y experiencias. Además, la historia muestra como en el intento por recuperar su identidad, Chihiro debe dejar atrás a sus padres de manera inevitable y comenzar a andar su propio camino.
La película de Hayao Miyazaki ganó un Óscar en el año 2002 en la categoría de mejor película de animación -es la única película de anime que ha recibido dicha distinción hasta la fecha-. También ganó el Oso de oro, ex aequo con “Domingo sangriento”, en el Festival Internacional de Cine de Berlín de 2002 –a día de hoy es la única película de animación en conseguirlo-. Además, “El viaje de Chihiro” se encuentra en el top 10 de las 50 películas que deben verse a los 14 años según el British Film Institute.