Han pasado cinco años desde que el joven y heroico vikingo Hipo se hizo amigo y consiguió entrenar a su dragón herido, Desdentado. A raíz de este suceso, ha cambiado para siempre la forma en la que los habitantes de Isla Mema se relacionan con los escupidores de fuego, a los que ya no cazan. Ahora, vikingos y dragones conviven pacíficamente en la isla, que se ha convertido en el paraíso de los dragones.
De este modo, la vikinga Astrid y el resto de vikingos han conseguido que la isla tome contacto con un nuevo deporte: las carreras de dragones. Hipo y su dragón Desdentado, que ya son adultos y tienen más responsabilidades, deciden realizar una carrera atravesando los cielos y llegando a territorios inhóspitos, donde nadie antes ha estado, en busca de respuestas.
Esta aventura les lleva a descubrir una cueva recubierta de hielo que resulta ser el hogar de cientos de nuevos dragones salvajes, protegidos por un misterioso guardián. Además, la paz entre dragones y vikingos se ve amenazada por Drago, un personaje sediento de poder que cuenta con la ayuda del cazador de dragones Eret, hijo de Eret.
En consecuencia, Hipo, Astrid y sus amigos vikingos deberán unirse al guardián para proteger a los dragones de las fuerzas malignas que quieren acabar con ellos. De este modo, deberán trabajar juntos para proteger a los dragones, a los que han llegado a querer. Durante el proceso, Hipo encontrará las respuestas que ha estado buscando, pero de una manera que no podía imaginar. Descubrirá que una misteriosa jinete de dragones es en realidad su madre, Valka, a la que hace tiempo que no ve.
En definitiva, la película “Cómo entrenar a tu dragon 2” explora el sentimiento de la pérdida desde distintos puntos de vista (el de Hipo, el del padre y el de la madre). También es interesante por el valor que se da a la herencia y al legado que dejamos en los demás.