Cada año en el mundo fallecen más de cincuenta millones de personas. Las prácticas tradicionales de entierro, sepultura, cremación o inhumación no están exentas de un impacto ambiental significativo, a diferencia del caso de los funerales verdes. Y aunque quizás el fallecido no tenga tiempo a plantearse como afecta su defunción al medio ambiente, y los familiares y amigos no estén en este momento de la pérdida más que para seguir los procesos culturales, planificar funerales verdes no deben caer en el olvido por más que el momento sea duro.
Si has llegado a este artículo, este es uno de los muchos que pueden ayudarte a planificar funerales verdes
En España no existen en el imaginario colectivo los funerales verdes o el entierro ecológico, aunque así se intenta desde hace más de un lustro. La Fundación Tierra ha trabajado desde 2011 para crear las bases que permitan que en el mercado español exista la opción de los funerales verdes. Sin embargo, estas no se concretan hasta que en 2013 lo concreta con la póliza de seguro de decesos ecofuneral . Esta, más allá de las creencias éticas y las convicciones religiosas de cada persona, permite optar por prácticas funerarias menos lesivas para nuestro entorno.
Es una realidad poco conocida todavía, pero es la única en España que permite plantearse sobre la muerte y la ecología en vida. El fin de la vida terrenal puede permitirnos dar el último ejemplo de que otra manera de relacionarnos con nuestro planeta es posible. Después de todo, si nadie escapa de la muerte ¿por qué no cambiarle el color apostando por funerales verdes?
Algunos consejos para los funerales verdes
Productos verdes: aunque no hay mucha información para el consumidor, sí que existen productos verdes o ecológicos para que nuestros funerales verdes tengan un mínimo impacto ambiental. Por ahora hay una legislación y regulaciones que no permiten determinadas prácticas, pero porqué nadie las cuestiona. Para poder avanzar, se requiere de nuestra implicación social para denunciarla. Pero esto lo abordaremos en otro artículo.
Asesor ecofunerario: algún día existirá en España esta figura profesional que ya existe en otros países. Se trata de la figura del Director de Funeral un profesional especializado en ceremonias funerarias (incluidas las ecológicas) y cuya misión es ayudarnos a seleccionar las opciones para que toda la ceremonia de despedida sea del gusto del difunto y la familia e incluya los criterios ecológicos sí así lo deseaba el difunto. En nuestro país, de momento, podemos confiar en las opciones que nos ofrece la póliza de decesos ecofuneral, la cual garantiza que las prácticas y productos del servicio funerario contratado serán las más ecológicas permitidas por nuestra legislación (todavía incipientes, pero posibles).
Testimonios: aunque aún no hay nada publicado en lengua castellana, sí que existen testimonios de muchas personas que hay optado por los funerales verdes como lo cuenta el experto en medio ambiente Mark Harris en el libro Grave Matters: A Journey through the Modern Funeral Industry to a Natural Way of Burial, o como se organiza este tema en el Reino Unido gracias a la acción de la asociación Natural Death Center que lo cuenta en su The Natural Death Handbook.
Si hay móviles ecológicos, ¿porqué no funerales ecológicos?
La muerte puede ser un proceso difícil y, a menos que el fallecido lo haya expresado, los que quedan no piensan en considerar el medio ambiente al preparar la ceremonia. Por eso lo mejor es planificar en vida el propio funeral como propone la póliza ecofuneral.
Definir nuestros deseos es fundamental pero más lo es convencer a nuestra familia directa que no se deje llevar por la emotividad del momento ni tampoco se dejen “convencer” por los comerciales de la funeraria. Hay que expresar pues en un documento los deseos ambientales que queremos para nuestro funeral. Planificar nuestros funerales verdes.
La cremación no es sin duda la inhumación más ecológica. Quemar cualquier cosa produce humos, emisiones y por tanto, sustancias tóxicas que se liberan a la atmósfera. Pero también es cierto que esta práctica intenta paliar los déficits de espacio en cementerios. El impacto de la cremación puede reducirse al mínimo con diversas buenas prácticas, como que el ataúd no contenga sustancias tóxicas ni el difunto vaya vestido con ropa sintética. Es cierto que los modernos hornos crematorios han hecho un notable esfuerzo para reducir significativamente las emisiones, pero en España es muy insuficiente y mayoritariamente incumplen la legislación europea.
En nuestro país es hora de empezar a cuestionar los productos funerarios en vida y esto impulsará que el mercado funerario se incorpore a la evolución ecológica en marcha. Lo que no tiene sentido es que se fabriquen móviles con procesos ecológicos y éticos como el Fairphone y que tan sólo existan en nuestro país 6 féretros con una ecoetiqueta ambiental rigurosa. En España, los ataúdes de cartón o mimbre, por ejemplo, no están permitidos. Algunas funerarias venden ataúdes bajo la denominación ecológica sin ninguna certificación.