Las esencias florales y los aceites esenciales pueden ser dos aliados valiosísimos para abordar un proceso de duelo o bien para prepararnos adecuadamente para afrontarlo. Las Flores de Bach o los aceites esenciales pueden ser utilizados bajo el asesoramiento de profesionales. Así consiguen actuar directamente sobre las emociones de quien las toma, tonificándole o relajándole, según necesite. Cada vez hay más consenso en reconocer que somos un todo, que nuestros pensamientos afectan nuestra salud y una manera eficaz de actuar sobre ésta es directamente a través de las emociones. Está claro que no solo debemos intervenir sobre la mente y las emociones para transitar mejor el duelo.
El Dr. Bach fue un médico británico que ejerció durante los años 20-30 del siglo pasado. Enfermo y descontento con las soluciones que le proporcionaba la medicina alopática, empezó a buscar alternativas. Así llegó a desarrollar un sistema de curación basado en esencias florales. Poco a poco fue experimentando en sí mismo cada remedio que iba descubriendo, las emociones que sentía y el proceso de curación por el que pasaba. Llegó a descubrir 38 esencias, y luego le añadió una más, la llamada Rescue Remedy, que es la combinación de 5 esencias, utilizada en momentos de tensión o shock.
«Cada flor transmite una información, una vibración para el cuerpo sutil, trabaja emociones, sentimientos, estados mentales. Como normalmente nos intoxicamos con emociones negativas, podemos utilizar las flores de Bach para limpiarnos o purificarnos. Y elevar así nuestro estado de ánimo. Por ello, es necesario conocimiento, cuidado y responsabilidad al preparar las tinturas, garantizando la pureza de las esencias», explica Rosa Gasull, naturòpata, formada en Ismet (Institut Superior de Medicines Tradicionals).
El especialista en Flores de Bach, después de una extensa entrevista con la persona que le consulta, decidirá la combinación de esencias que más conviene en aquel momento. Específicas para aquella persona, buscando siempre llegar al fondo de la emoción no expresada, que muchas veces la propia persona no la identifica o directamente la niega. Una vez identificadas las esencias, el terapeuta hace la mezcla y las pone en agua y brandy, para mejor conservación.
Cómo funcionan las Flores de Bach
Hay muchas maneras de tomar las Flores de Bach. Un método fácil de recordar es poner 5 gotas debajo de la lengua, 5 veces al día.
Para estados de tristeza, consternación, shock o desespero, las Flores de Bach son de gran ayuda para superar las fases naturales de duelo, acortando significativamente este período y permitiendo su comprensión y superación de la situación.
Como hemos dicho anteriormente, el terapeuta decidirá la combinación exacta, ya que cada individuo reacciona al duelo de una manera, pero hay algunas que siempre entran, sobretodo en la fase de crisis, como Rescue remedy o Star of Bethelem.
En la fase de negación: si hay culpa, Pine sería una buena opción. Elm, si la persona está desbordada por la situación y Walnut para aceptar el cambio.
Para el enojo contra todo, el universo o la persona que se ha ido: Willow, que alienta el renacimiento del optimismo y la fe.
En la aceptación, pasaríamos a White Chestnut, que ayuda a superar los pensamientos repetitivos y Honey Suckle, para desapegarse del pasado, la nostalgia, los recuerdos de “mejores tiempos”.
Y por último, queda la fase de aprendizaje de la experiencia vivida. «Para esta fase no se puede prever una flor en concreto, ya que dependerá del camino que haya hecho la persona hasta aquí. Por este motivo es recomendable siempre el acompañamiento de un buen terapeuta, que guiará a cada persona hacia el auto conocimiento y la superación personal, y en consecuencia a una vida plena y la elevación de la consciencia universal», afirma Gasull.
Fitocomplejos que actúan sobre nuestro cuerpo
Algunos aromas, especialmente los aceites esenciales naturales, nos pueden hacer la vida más fácil. Potenciando un determinado estado de ánimo o transformando nuestras emociones. Necesario para superar la pérdida de un ser querido, predisponiéndonos a un descanso nocturno reparador, a trabajar, a crear, a llevar a cabo una actividad física fuerte o bien a apaciguar el estrés. No actúan por arte de encantamiento, aunque sus efectos son casi mágicos.
Los aceites esenciales naturales son fitocomplejos (están formados por muchas moléculas) que interactúan de manera distintas sobre nuestro cuerpo y mente. Tienen un importante papel energético porque son capaces de dar o ceder electrones, lo que los convierten en agentes electromagnéticos. También son importantes agentes antioxidantes por su gran capacidad de eliminar radicales libres perjudiciales para nuestro cuerpo. Y , sobre todo, se caracterizan por su gran capacidad para llegar conectar directamente con la parte emocional de nuestro cerebro.
Bien utilizados, tienen un gran poder terapéutico, como lo demuestra el hecho que algunos derivados de los aceites esenciales se usan de forma habitual en medicamentos. Uno de los cicatrizantes más vendidos en nuestro país usa dos aceites esenciales. Concretamente los de lavanda y geranio. También los encontramos en toda la cosmética y en la mayoría dentífricos y colutorios bucales.
Cómo funciona el aceite esencial
El ser humano capta los aromas a través del nervio olfativo de la nariz. Y de éste la información olfativa pasa al bulbo que la transmite a la amígdala del sistema límbico, encargada de procesar emociones y memoria. Esto explica porqué cuando olemos determinados aromas nos pueden evocar recuerdos y sensaciones retrocediendo, de forma instantánea y sin haberlo buscado, a un momento de nuestro pasado. También juegan un importante papel emocional y de comunicación.
“Nos preparan para entender algo. La perfumería, por ejemplo, nace con la idea de provocar unas determinadas sensaciones en los demás. Quiero ponerme una colonia y que transmita que soy fuerte, auto confiado. De esta manera estoy mandando un mensaje a través de los aromas”, afirma Gabriel Rex, farmacéutico y estudioso de los aceites esenciales.
Cada aceite esencial tiene su código de comunicación. Por ejemplo si necesitamos relajarnos a nivel mental, la esencia de mandarina es ideal, porque es una sustancia que inhibe el sistema simpático encargado de ponernos en estado de alerta, tensión o estrés. Químicamente su aroma nos ayuda a relajarnos. Los aceites esenciales de bergamota, jazmín, rosa o neroli también son de ayuda para apaciguar nuestra mente.
Para conseguir tranquilidad a nivel emocional, pueden ayudar el aceite esencial de lavanda, que es un gran sedante, mientras que los de pachuli, neroli, jazmín y geranio tienen un efecto anti-depresivo. Y para procesos de duelo es especialmente útil el ciprés. Si por el contrario buscamos vitalizarnos emocionalmente, lo podemos conseguir con el aceite esencial de tomillo, romero, árbol del te, albahaca, cedro, clavo de olor o eucalipto.
Estado de ánimo
En caso que busquemos activarnos mentalmente, lo podemos propiciar con aceites esenciales de limón, menta, tomillo, romero, pino, y ciprés, o con una combinación de ellos. Si por el contrario queremos. Si lo que deseamos es seducción, algunos aceites esenciales pueden ser de gran ayuda para activar o a tonificar nuestra sexualidad. Por ejemplo, el de ylang-ylang actúa sobre las dificultades sexuales por estrés o ansiedad en la mujer, el de canela es un potente afrodisíaco masculino y el de jengibre es útil para casos de agotamiento sexual y físico. Los aceites de jazmín y sándalo también se consideran afrodisíacos.
Los aceites esenciales nunca deben usarse directamente sobre la piel, sino que se tienen que mezclar en pequeñas dosis (unas gotas) con aceites de base vegetal, como el aceite de sésamo o de almendras dulces para que se puedan aplicar sobre la piel, que es la manera más efectiva para que actúen a la vez que llegan al sistema límbico vía olfativa. Los aceites esenciales se pueden mezclar con alcohol para después vaporizar y aromatizar una estancia o habitación o bien se pueden echar unas gotas en un pañuelo y después olerlo.
Los podemos adquirir en farmacias y herboristerías. Para que sean efectivos tienen que ser naturales y de la máxima pureza posible, no sintéticos. “Podemos identificar los naturales porque diferentes aromas se pueden oler sin problema, ya que nuestro cerebro procesa bien toda la información olfativa. Con los sintéticos, en cambio, necesitamos esperar un rato o, por ejemplo, oler café en grano para reconocer o identificar con claridad las siguientes esencias”, destaca Gabriel Rex.
Ciprés, naranjo amargo y lavanda para remontar pérdidas
No todas la personas reaccionan de la misma manera ante una perdida o afrontan igual las circunstancias difíciles de la vida. Algunas personas sienten que pierden fuerzas, están como hipotónicas, otras lo viven con gran nerviosismo o estrés. Por este motivo, aunque los expertos coinciden a recomendar el ciprés, el naranjo y la lavanda como ayudas para remontar pérdidas o periodos de duelo, muchos otros aceites esenciales, como muestra el gráfico, pueden contribuir a tonificar o relajar nuestra parte mental, emocional, sexual o física, según necesitemos.
Antes de utilizar los aceites esenciales hay que tener en cuenta que son unas sustancias muy poderosas que deben ser usadas con prudencia. El consumo inadecuado puede resultar tóxico, ya que los aceites esenciales pueden ser dermocáusticos (queman la piel), neurotóxicos, o causar sensibilización de tipo alérgico. Su consumo también requiere precaución durante el embarazo, la lactancia y en niños menores de 3 años. En caso de duda, recomendamos consultar siempre un profesional cualificado.
MENTAL
Para tonificar
- Limón: Estimulante mental, antiséptico, astringente, cicatrizante.
- Menta: Estimula el cerebro. Ayuda a despejar los pensamientos.
- Verbena exótica
- Romero: estimula la memoria, la claridad mental, procesos creativos es un protector psíquico y un estimulante físico. Balsámico respiratorio.
Para relajar
- Bergamota: Refresca y relaja. Es muy útil para casos de depresión, ansiedad, tensión e insomnio.
- Mandarina: Calmante y sedante. Brinda alegría.
- Azahar o Nerolí: Insomnio, ansiedad, depresión. Reequilibrante nervioso
- Geranio: Antidepresivo, relajante y estabiliza las emociones.
EMOCIONAL
Para tonificar:
- Laurel: Es uno de los mejores aceites para promover la autoconfianza y la concentración.
- Albahaca: Es un importante espasmódico. Se utiliza para dolores musculares y menstruales.
- Cedro: Ideal para contrarestar los efectos negativos el estrés. Combinado con lavanda y cirprés se usa en duelos o en otras etapas de cambio.
- Clavo de olor: Es un tonificante emocional. Es el antiséptico bucal por excelencia.
Para relajar:
- Lavanda: Sedante muy efectivo, se utiliza en problemas de insomnio. El aceite de la serenidad.
- Rosa: Propiedades calmantes. Alivia el estrés y la ansiedad. Antidepresivo.
- Jazmín: Antidepresivo, especialmente en posparto. Aumenta la autoestima y el optimismo.
- Palmarosa: levanta el ánimo y calma el cuerpo cansado.
SEXUAL
Para activar
- Ylang-Ylang: Antidepresivo y sedante. Actúa sobre dificultades sexuales de la mujer, por estrés y ansiedad. Utilizado en estados de tensión nerviosa, insomnio e hiperactividad.
- Jengibre: Dolores reumáticos y musculares. Agotamiento sexual y físico.
- Canela: Gran afrodisiaco masculino. Estimulante mental.
- Sándalo: Afrodisiaco. También favorece la meditación. Aquieta los pensamientos. Es ansiolítico y antidepresivo.
Para relajar
- Mejorana: Actúa mejorando estados de soledad y ansiedad. Moderadamente sedante, inductor del sueño, calorífero, mejora la circulación, algunas infecciones fúngicas (como las aftas).
- Mirra: Calma el hipertiroidismo e inibe los deseos sexuals por sus virtudes calmantes.
- Incienso: Antiespasmódico,tienen una acción ansiolítica que facilita el sueño.
- Jara: Regulardor del sistema nervioso.
FISICO
Para activar
- Árbol del té: Superar emociones de miedo y depresión
- Tomillo: Antiséptico de vías respiratorias y antitusivo. Es tónico y energizante a nivel físico, mental y emocional.
- Eucalipto blanco: Restablece el equilibrio en los periodos de sobrecarga emocional, aumentando la energía y contrarestando la debilidad psíquica y emocional.
- Pino silvestre: Estimulante del sistema nervioso. Muy tonificante, brinda energía y bienestar.
Para relajar
- Naranjo amargo: Antidepresivo. Relajante.
- Manzanilla romana: Dolores de estómago, musculares y en articulaciones. Para disminuir la irritación y/o proteger las pieles sensibles.
- Mejorana: Reconforta y calma. También estimula sentimientos de paz interior y seguridad
- Citronela de java: Equilibra cuerpo y mente. Beneficioso para fatiga física.
OTROS:
- Ciprés: Se usa en duelos y en otras etapas de cambio.
- Citronela: Estimulante para la fatiga mental.
- Enebro: Actúa sobre los planos mental, emocional y físico. Alivia situaciones de confusión y cansancio. Es antirreumático, antiséptico y diurético.
- Eucalipto: Actúa en el aparato respiratorio. Es descongestivo. Antimucolítico.
- Patchouli: Anti-depresivo.